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Sin duda el bingo es uno de los juegos más populares que existen, durante este tiempo de confinamientos, ha incrementado más aún incluso en las casas, las familias jugando entre ellas para pasar el tiempo y es tan popular por la forma tan fácil de poder jugar, pero ¿Sabes de dónde procede este juego de azar? 

El origen del bingo se atribuye a los italianos que lo llaman lotto, y su existencia se alarga atrás al menos 500 años. Un estadounidense llamado Edwin Lowe fue quien lo popularizó en todo el mundo dándole el nombre al juego en el que hoy en día todos conocemos como Bingo y transformo el juego en un negocio multimillonario.

El método de juego del bingo es muy sencillo, sin reglas difíciles y sin trucos ni tácticas, escoge un cartón y espera a que canten los números extraídos de forma aleatoria de un bombo. El objetivo es, completar una línea o, bien llegar a ese gran momento en que se consigue cantar ¡BINGO! Cuando has completado de marcar todos los números de tu cartón. 

Tenía una empresa de juguetes y tras quebrar, Edwin Lowe se trasladó al sur de EE.UU., al estado de Georgia, cuando estaba allí se encontró a un grupo de gente jugando con emoción a una versión local de lotto, jugaban con frijoles marcando los números en los cartones. Cuando alguien marcaba todos los números gritaban ¡BEAN! (Alubias americanas en inglés)

Tras regresar a su natal Brooklyn enseñó a sus amigos a jugar a bean y, a partir de ahí la leyenda cuenta que una de sus amigas se emocionó tanto al marcar todos los números y ganar que por equivocación grito ¡Bingo! Y él se dio cuenta que ese nombre era perfecto para poder comercializar el juego con una sola palabra, con fuerza y teniendo un efecto sonoro muy especial y llamativo, muy similar al sonido de una campanilla.

El juego de bingo tiene una grandiosa historia y jugarlo es verdaderamente divertido, simple y entretenido.

¡Bingooooooooooooooo!